Artículo de opinión en Mugalari.info sobre la muerte de Marcelo Usabiaga, histórico militante del PCE-EPK
Cuando nos deja una persona de la talla de Marcelo Usabiaga es muy
difícil -o mejor dicho imposible- llenar su vacío. Casi un siglo de
vida intensa, comprometida y sacrificada en favor de un mejor mundo en
el grado en que lo hizo él, no es algo tan común como nos gustaría.
difícil -o mejor dicho imposible- llenar su vacío. Casi un siglo de
vida intensa, comprometida y sacrificada en favor de un mejor mundo en
el grado en que lo hizo él, no es algo tan común como nos gustaría.
Hablo de un hombre que inició temprana su lucha en mi querida ciudad
natal, Irun, y que defendió su ideario emancipador desde los días de
alboroto y alegría de la proclamación de la II República hasta los días
en que la actual Europa del capital arremete contra tantos y tantos
derechos de la clase trabajadora a la que perteneció Marcelo.
natal, Irun, y que defendió su ideario emancipador desde los días de
alboroto y alegría de la proclamación de la II República hasta los días
en que la actual Europa del capital arremete contra tantos y tantos
derechos de la clase trabajadora a la que perteneció Marcelo.
Un largo camino, una larga historia. La propaganda en la república,
la defensa de Irun, la defensa de Euskadi, el batallón Rosa Luxemburgo,
el frente de Asturias y todos los frentes en la defensa contra la bestia
fascista. La cárcel, la larga cárcel de 21 años con su dolor y
sufrimiento, pero con su camaradería y solidaridad. Con su fuga, como
deber es de todo preso político. Y de nuevo en la cárcel la militancia,
la propaganda, la lucha…
la defensa de Irun, la defensa de Euskadi, el batallón Rosa Luxemburgo,
el frente de Asturias y todos los frentes en la defensa contra la bestia
fascista. La cárcel, la larga cárcel de 21 años con su dolor y
sufrimiento, pero con su camaradería y solidaridad. Con su fuga, como
deber es de todo preso político. Y de nuevo en la cárcel la militancia,
la propaganda, la lucha…
Y también, por qué no decirlo, la otra pena: La que sufrieron y aún
sufren muchos de aquellos y aquellas que como Usabiaga lucharon contra
el franquismo; el olvido, la desmemoria. Una pena, disculpen, quizás
peor que la prisión o que los fusilamientos. Una condena que es todavía
la realidad de un país con miles de muertos en las cunetas, con miles de
calles y plazas dedicadas a golpistas y poderosos. Con miles de nombres
de héroes anónimos que defendieron la libertad y que hoy no constan en
ningún sitio.
sufren muchos de aquellos y aquellas que como Usabiaga lucharon contra
el franquismo; el olvido, la desmemoria. Una pena, disculpen, quizás
peor que la prisión o que los fusilamientos. Una condena que es todavía
la realidad de un país con miles de muertos en las cunetas, con miles de
calles y plazas dedicadas a golpistas y poderosos. Con miles de nombres
de héroes anónimos que defendieron la libertad y que hoy no constan en
ningún sitio.
Marcelo, al final, pudo vencer también su última batalla. La batalla
de la memoria. Gracias al trabajo de quienes se preocupan por la memoria
histórica y gracias al trabajo de su propio hijo, Miguel Usabiaga,
Marcelo consiguió que su historia no sea enterrada y olvidada. Se fue
victorioso de su última batalla.
de la memoria. Gracias al trabajo de quienes se preocupan por la memoria
histórica y gracias al trabajo de su propio hijo, Miguel Usabiaga,
Marcelo consiguió que su historia no sea enterrada y olvidada. Se fue
victorioso de su última batalla.
Por eso en su despedida, algo improvisada por la militancia del
Partido Comunista y las Juventudes Comunistas, hubo muchísimas personas a
pesar de apenas haber tenido tiempo de anunciarla. Por eso, cuando se
le haga un merecido homenaje en otoño, organizado con más tiempo, estoy
seguro de que serán cientos de personas los que acudan a homenajear a
Marcelo.
Partido Comunista y las Juventudes Comunistas, hubo muchísimas personas a
pesar de apenas haber tenido tiempo de anunciarla. Por eso, cuando se
le haga un merecido homenaje en otoño, organizado con más tiempo, estoy
seguro de que serán cientos de personas los que acudan a homenajear a
Marcelo.
Usanbiaga era un hombre bueno, un hombre bueno y valiente. “Jamás le
conocí un acto de maldad”, recuerdan su mujer Bittori y su hijo Miguel.
De ese modo, le recuerdan sus seres más queridos. Quizás por ello, se
abrazó al ideal del comunismo y decidió emprender una vida nada fácil
buscando un objetivo: cambiar el mundo. Se propuso alcanzar un mundo
justo, entre iguales. El mundo del hombre nuevo, el del hombre bueno y
valiente. Ése será el futuro mundo por el que luchó Marcelo.
conocí un acto de maldad”, recuerdan su mujer Bittori y su hijo Miguel.
De ese modo, le recuerdan sus seres más queridos. Quizás por ello, se
abrazó al ideal del comunismo y decidió emprender una vida nada fácil
buscando un objetivo: cambiar el mundo. Se propuso alcanzar un mundo
justo, entre iguales. El mundo del hombre nuevo, el del hombre bueno y
valiente. Ése será el futuro mundo por el que luchó Marcelo.
Pero el mejor homenaje que podemos hacer a Marcelo y a tanta gente
como él, es junto a la memoria, el ejemplo. Seguir su ejemplo y
continuar su lucha por ese mundo mejor es el mayor y mejor de los
homenajes que podemos hacer a Marcelo Usabiaga.
como él, es junto a la memoria, el ejemplo. Seguir su ejemplo y
continuar su lucha por ese mundo mejor es el mayor y mejor de los
homenajes que podemos hacer a Marcelo Usabiaga.
Cuando despedíamos a Marcelo escuchando citas del libro La Joven Guardia -libro
escrito por su hijo Miguel Usabiaga-, con su cuerpo aún presente; y
arropado por sus banderas, la ikurriña, le republicana y las del Partido
y Juventudes, porque él siempre se sintió “delas Juventudes”, alguien
se lamentaba de que “ya no hay hombres como Marcelo, los jóvenes de hoy
ya no son como Marcelo”.
escrito por su hijo Miguel Usabiaga-, con su cuerpo aún presente; y
arropado por sus banderas, la ikurriña, le republicana y las del Partido
y Juventudes, porque él siempre se sintió “delas Juventudes”, alguien
se lamentaba de que “ya no hay hombres como Marcelo, los jóvenes de hoy
ya no son como Marcelo”.
Pero no es cierto, el ejemplo de Usabiaga y de otras y otros como
Marcelo ha quedado marcado en muchos jóvenes que siguen su senda en una
realidad diferente, pero no tanto, de la que le tocó vivir a él. Es
cierto que son muchos menos de los que necesitamos, pero existen y
tenemos que luchar y multiplicarnos. Eso les decía Marcelo a los
jóvenes: “¡Tenéis que luchar!”.
Marcelo ha quedado marcado en muchos jóvenes que siguen su senda en una
realidad diferente, pero no tanto, de la que le tocó vivir a él. Es
cierto que son muchos menos de los que necesitamos, pero existen y
tenemos que luchar y multiplicarnos. Eso les decía Marcelo a los
jóvenes: “¡Tenéis que luchar!”.
El mundo por el que luchó Marcelo será más posible cuantos más
“Marcelos” existan y luchen. Por eso, parafraseando al Che, creo que el
mejor homenaje a Marcelo Usabiaga es Crear dos, tres… muchos ‘MarcelosUsabiagas’. Hasta siempre, Marcelo! La lucha continúa.
“Marcelos” existan y luchen. Por eso, parafraseando al Che, creo que el
mejor homenaje a Marcelo Usabiaga es Crear dos, tres… muchos ‘MarcelosUsabiagas’. Hasta siempre, Marcelo! La lucha continúa.
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Marcelo y su mujer Bittori en un mitin de Ezker Anitza-IU en Eibar |