Sobre el «Guernica» de Pablo Picasso. Conservar el contenido intelectual de la obra.

Intervención de Jon Hernández, parlamentario de Ezker Anitza-IU en el grupo de Elkarrekin Podemos, reflexiona sobre la conveniencia de traer el cuadro de Pablo Picasso, `Guernica´, a Gernika. 27 de abril de 2017

 

 

A nuestro grupo no le parece a mal a priori la vieja propuesta de ubicación del Guernica en la localidad que da nombre a uno de los lienzos más importantes y universales de nuestra propia historia y de la Historia en mayúsculas. La historia de Euskadi, la de España y la de Europa.

Pero he de decir que no nos parece mal siempre que está sea una posibilidad real que no conlleve riesgos para el cuadro, lo cual no parece que sea así según indican todos los expertos.

Y no nos parece mal siempre que no sea utilizada para desvirtuar el mensaje que la obra de Pablo Picasso lanzó al mundo en la exposición universal de Paris en aquel año de 1937 en el que el pueblo Vasco y el pueblo Español sufrían las consecuencias de una guerra provocada por un ilegítimo levantamiento contra la democracia legalmente establecida. La II República.

No nos parece a priori mal una iniciativa que como decía es vieja y que además en diferentes formatos ha sido aprobada por este parlamento en diferentes legislaturas. Ya sea para solicitar su traslado definitivo a Gernika o a Euskadi, ya sea para trasladarlo de manera temporal.

De hecho si no me he documentado mal, la primera propuesta aprobada por este parlamento para que el Guernica se ubicara en Gernika la realizó uno de mis antecesores en este parlamento, políticamente hablando. El señor Roberto Lertxundi que en 1980 como parlamentario realizó esa iniciativa cuando la obra todavía estaba en el museo Moma de Nueva York.

 

No obstante tenemos que hacer tres grandes consideraciones por las que nos vamos a abstener ante esta iniciativa. Una primera consideración técnica, relacionada con la conservación de la obra,  una segunda consideración política, relacionada con el origen y objetivo de la obra. Y una tercera consideración relacionada con la voluntad del autor de la obra.

La primera es la relacionada con las cuestiones técnicas respecto a su traslado. No es una cuestión baladí aunque seamos conscientes de que este argumento pueda generar cierta desconfianza en el grupo promotor de la iniciativa, por haber sido utilizado tal vez como excusa para esconder posiciones políticas incomodas en anteriores ocasiones por algún grupo.

No es nuestro caso, puesto que nuestras razones políticas para no votar a favor ni en contra, se las voy a explicar en esa segunda consideración, esa si, política, a la que me he referido.

En cuanto a la primera consideración:

Técnicamente el traslado es difícil, si no temerario a estas alturas. Lo dicen los técnicos del MNCARS y lo dicen casi todos los especialistas consultados. Al MNCARS le asiste como mínimo la duda razonable en esta materia. Ya resultó difícil su traslado desde el Casón del Buen Retiro en el año 1992 a su actual ubicación.

 

 

 

Hay que tener en cuenta que desde 1937 hasta su último traslado habían tenido lugar más de 45 movimientos más o menos exigentes para el lienzo. El cual había recorrido medio mundo durante varias décadas, siendo expuesto en sitios tan dispares como Londres, Oslo, Estocolmo, Chicago, Milán o Sao Paulo entre otras muchas ciudades.

No vamos a entrar a discutir a los especialistas. La mayoría de los expertos que han elaborado informes al respecto no recomienda el traslado de la obra. Respetamos su criterio y abogamos porque el resto de partidos así lo hagan también. Los profesionales de la cultura merecen nuestra confianza.

Ya en el año 1981 cuando se trasladó el cuadro a Madrid desde el museo Moma de Nueva York conocimos las opiniones de los expertos sobre los problemas que al cuadro le pueden suponer los futuros traslados. Aun así en 1992 la obra tuvo el que por el momento ha sido su último traslado, aunque fuera pequeño, desde el Casón del buen Retiro de Madrid al museo Reina Sofía también en Madrid. Y se hizo ya entonces con dificultades para garantizar su mejor conservación.

No obstante para nuestro grupo siempre serán positivos nuevos informes de los expertos, que si bien dijesen lo contrario de lo que hasta ahora recomiendan, influirían desde luego en nuestra posición al respecto del traslado de la obra, de manera especial respecto al traslado temporal.

 

En cuanto a la segunda consideración, la política.

Tenemos que decir que compartimos con el grupo promotor su primera afirmación en la justificación de la PNL, cuando afirman que el “Guernica” de Picasso es conocida en el mundo entero porque denuncia de viva voz la guerra y la represión de los derechos humanos.

Pero esta obra es mucho más que la denuncia de la guerra y la represión de los derechos humanos.

Tenemos que entender la historia de este cuadro para comprender que no se trata solo de la denuncia de la guerra y las atrocidades cometida por la misma. Si el Guernica no puede ser entendido sin la población que le dio nombre, lo cual compartimos, tampoco puede ser entendido sin el contexto histórico en el qué es creado, puesto que la propia obra es producto directo de ese contexto.

El “Guernica” fue un encargo del gobierno legítimo y democrático de la II República a iniciativa del artista Josep Renau, director de Bellas Artes de aquel Gobierno asediado por un golpe militar apoyado por dos importantes potencias bélicas del momento como eran la Alemania Nazi de Adolf Hitler y la Italia fascista de Benito Mousolini.

La iniciativa de Renau, tenía como objetivo que la obra que Picasso realizase se expusiera en representación de España en la Exposición Internacional de 1937 en Paris como denuncia de los horrores que estaban cometiendo contra la población civil quienes con la ayuda de potencias extranjeras habían comenzado una agresión al gobierno democrático y contra la población española en todo el Estado.

Pablo Picasso, se identificaba en el gobierno de la II República y quiso donar la obra al Gobierno sin cobrar por ella,  aunque finalmente se le pagó por la realización del mismo, por insistencia del propio Renau y otros responsables culturales del Gobierno.

La obra fue expuesta en aquella excepcional Exposición Internacional de Paris de 1937, como denuncia de la barbaridad que se estaba cometiendo contra la democracia y la paz.

El bombardeo de Gernika que da lugar al nombre de la obra, fue una acción terrible que los fascistas lanzaron contra la población civil para doblegar a la República y a las fuerzas democráticas. Bombardeos que se realizaron en diferentes ciudades en Euskadi y en España y que en el caso de Gernika tuvieron resultados especialmente devastadores.

El Malagueño Pablo Picasso, comprometido con su tiempo como no podía ser de otra forma en un artista de conocida filiación comunista. Plasmo toda la atrocidad de la guerra en una obra que colocaba el bombardeo de Gernika, -negado por sus autores durante aquel tiempo, incluso acusando a los “Rojos” de la quema y destrucción de la ciudad- como ejemplo de lo que estaba sucediendo en España.

La obra fue por lo tanto concebida como una denuncia de aquella agresión bélica que estaba sufriendo el pueblo de España. Y no hablo de España desde un punto de vista nación, no es el debate que pretendo mantener.

 

Por esta razón, desde nuestro grupo, esta obra, que es propiedad de la población del conjunto de todos los pueblos de España agredidos por aquel levantamiento fascista y golpista, no puede ser entendida solo como una recreación del terrible bombardeo sobre nuestra Gernika. Es eso, pero es mucho mas que eso y de ahí su valor universal.

Entendemos el valor simbólico que tiene el “Guernica” de Picasso para todas las ciudadanas vascas, en especial para las de Gernika, de la misma manera que le reconocemos su valor universal como denuncia de las atrocidades de las guerras y las vulneraciones de los derechos humanos.

Pero el “Guernica” es una creación artística surgida de la necesidad de denunciar y dar a conocer al mundo lo que pasaba en aquella guerra, lo cual sigue siendo necesario en un Estado donde se tergiversa la historia de manera continuada y donde las victimas de aquel levantamiento siguen enterradas en cunetas y fosas comunes desde Tarifa a Bilbao, desde Barcelona a Badajoz.

Y por lo tanto la obra podría estar perfectamente expuesta en Gernika, desde luego que si, pero lo importante no es tanto en nuestra opinión “el donde” sino el “como”, puesto que es fundamental que la obra y su historia sea conocida y entendida. Y sobre todo que siga cumpliendo aquella función que tenía en 1937 y que debería seguir teniendo hoy: Denunciar la bárbara agresión que se emprendió contra los pueblos para derribar un gobierno democrático, violando los DDHH más elementales como en el caso del Bombardeo de Gernika.

Una tercera consideración que creemos que tenemos que hacer está relacionada con la voluntad del autor de la obra. Que si bien no es el argumento más importante, puesto que como ya he dicho consideramos que la obra nos pertenece a todas y todos, si nos parece que es una cuestión a tener en cuenta.

La voluntad de Picasso durante tantos y tantos años de exilio fue clara y así lo expreso en diferentes ocasiones.

Ayer podíamos leer en la prensa que la voluntad de Pablo Picasso era que la obra volviese a España cuando llegase la democracia y las libertades.

Bien, eso es cierto pero no es completo puesto que la intención del autor era que el lienzo formara parte de la memoria visual y artística de la guerra civil y que no lo quería en cualquier España.

Es conocido el celo del autor con este tema. Por ejemplo, se opuso a las intenciones de Carrero Blanco de llevarlo a Madrid en 1968 y es conocida la polémica del gobierno franquista de turno con su abogado, quien hizo públicas unas célebres declaraciones del autor: «El Guernica solamente volverá a España con la República».

La voluntad de Picasso era clara: El “Guernica” debería ir a Madrid solo cuando se proclamase la III República. En concreto Picasso quería que la obra fuese al Museo del Prado, porque entonces no había una Pinacoteca específica para el Arte Contemporáneo. Y así lo dejo expresado también su mujer por escrito ante diferentes requerimientos.

Desgraciadamente la voluntad del autor no se ha podido cumplir y el “Guernica” no ha vuelto a la República, pero estamos convencidos que esto llegará.

Para nuestro grupo el deseo del autor no tiene que ser la única ni la principal razón para decidir sobre la ubicación de la obra, pero ha de ser tomado en consideración y es algo de lo que no se habla demasiado cuando se mantiene este debate ya reiterado.

Incluso si quisiéramos dejar a un lado las preferencias del autor, lo cual es legítimo en términos de política cultural, la relación coste-beneficio del traslado es dudosa desde el punto de vista de la accesibilidad de la obra.

Está muy bien pedir que la obra se vincule con la ciudad que le dio nombre, pero hay muchas maneras de hacer eso sin poner la obra en peligro.

Hay muchísima obra, tanto de Picasso como de otros autores, y mucha investigación al respecto de la que podría beneficiarse la ciudadanía de Gernika en términos de memoria visual e histórica de la guerra civil en Euskadi.

Desde un punto de vista historiográfico, la obra es inseparable del pabellón de España de la Expo de 1937 en París. Con respecto a cualquier posible ubicación, hay una labor del MNCARS de reconstrucción y memoria de aquel pabellón que merece el máximo reconocimiento.

El Gernika y Gernika son inseparables históricamente, pero es difícilmente discutible que el Pabellón es el máximo referente espacial en esa materia, más si cabe que la propia Gernika.

El MNCARS es además la mejor Pinacoteca del Estado, cuya escultura de la entrada es el homenaje a la República  de Alberto González (El pueblo Español tiene una estrella). Lo cual no es casual. No habiendo en estos momentos ni en Gernika ni el conjunto de Euskadi una Pinacoteca pública de similares características.

Estas son las consideraciones, que nuestro grupo hace para explicar no solo nuestra posición sino la importancia de comprender que tanto la ubicación en Euskadi como la ubicación en Madrid son propuestas absolutamente legítimas aunque por desgracia solo tenemos un Guernica. Y debemos ser cuidados para garantizar la mejor conservación de la obra, tanto físicamente como intelectualmente. Su estado físico, y el estado del mensaje de la obra.

Dos cosas sin embargo si deberían ser modificadas en cuanto al continente de la obra; Debería ser una República por las razones que ya he explicado. Y la excelente Pinacoteca en la que se encuentra en vez de llevar el nombre de una Señora Griega que no ha hecho nada por la cultura, podría llevar perfectamente el nombre de “Museo Público de Arte Contemporáneo Pablo Picasso”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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